domingo, 24 de mayo de 2015

Falta algo más de un mes para el cruce del Estrecho. Calambres


Ya no queda nada... hace 6 meses empezamos a entrenar para cruzar esa pequeña franja de mar de allí arriba que separa España de Marruecos. Maté, Maties y yo, siguiendo el ejemplo del bueno de Rigabert.

Entreno duro pero con gusto. He descubierto nadar. Me gusta. Echo de menos las charlas con los amigos corriendo y el paisaje, pero el deporte es muy agradecido. Hace unas semanas nadamos el Oceanman de Altea, 10 km y más de 3 horas, y por la tarde y al día siguiente estábamos como nuevos. Con una maratón estaríamos para el arrastre.

A diferencia de la carrera, aquí hay dos factores muy incontrolables. El más obvio el mar y sus cabreos... un día de mala mar no hay quien se ponga gallito y enderece la cosa. El segundo factor, en mi caso, son mis calambres de las piernas... A pesar de estar entrenando muy bien, creo que mi técnica de pies es espantosa y como consecuencia de algún extraño que hago se me acalambran las piernas... Los gemelos, el vasto interno, las 2 piernas... He probado con hidratarme, con estirar, con el magnesio, con los BCAA... y creo que es culpa de mi mala técnica. 

Llevo un par de días nadando con los pies unidos por una goma, para intentar no moverlos. He decidido que a falta de poco más de un mes no tengo tiempo de corregir la técnica y lo que he de lograr es intentar no moverlos apenas. Como nadaré con neopreno, la flotabilidad me la compensa el traje (a pesar de que el mío más flexible y con menor flotabilidad)

A ver qué tal resulta la travesía del sábado 30 desde Tabarca a Santa Pola. Son otros 10 kms y si no me dan amagos de tirones será buena señal